El pasado día 8 de septiembre, la NASA comunicaba que su rover Opportunity, en el planeta Marte desde enero de 2004, había sobrepasado ya la mitad de su trayecto previsto hasta el que es su destino final, el gigantesco cráter Endeavour, de 22 km de diámetro.
Después de explorar otro cráter, Victoria, durante dos años, el robot de seis ruedas emprendió en agosto de 2008 un largo camino de casi veinte kilómetros hacia otra antigua marca de impacto en la superficie marciana, el cráter Endeavour. Opportunity puede recorrer en la desértica superficie del planeta rojo como mucho un centenar de metros por día, pero lo normal es que camine mucha menos distancia o que pase días detenido estudiando un punto de interés o simplemente recargando sus baterías.
El año 2009, la sonda MRO, en órbita de Marte, detectó depósitos de arcillas en el borde del cráter Endeavour, un claro indicio de la presencia en el pasado de agua líquida, lo que, para algunos investigadores, hace que el destino de Opportunity sea todavía más interesante. Se calcula que en un plazo de otros 18-20 meses el rover llegará hasta el borde del enorme cráter.
Créditos imagen: Uno de los últimos panoramas tomados por el rover Opportunity. En el horizonte se ve el borde del cráter Endeavour, su destino final, a unos 9 km de distancia. (NASA/JPL-Caltech/Cornell University)
Más información:
NASA Rover Halfway to Huge Crater on Mars
Opportunity Rover Reaches Halfway Point of Long Trek
Ángel Gómez Roldán es Divulgador científico especializado en astronomía y ciencias del espacio, y director de la revista "AstronomíA".
Observaciones realizadas con el Telescopio Espacial Hubble muestran un aumento significativo en el brillo de las emisiones provenientes de los restos de la supernova 1987A. Descubierta en el año que le da nombre, es la supernova más cercana a la Tierra desde 1604, encontrándose a unos 157.000 años luz de distancia.
Estas observaciones son consistentes con las predicciones teóricas acerca de cómo afectan las supernovas a su entorno. En el caso de la 1987A, los astrónomos estudiaron la interacción de los restos arrojados por la explosión de la estrella y un anillo de gas de casi un año luz de tamaño expulsado por la misma estrella antes de convertirse en supernova. Las veloces ondas de choque emitidas por 1987A en su deflagración han impactado con los gases de este anillo, excitándolos y haciendo que brillen.
Según los investigadores, los nuevos datos permitirían entender cómo las explosiones de supernova regulan la evolución de las galaxias, ya que la energía emitida en estas colosales explosiones cambia la dinámica y la química del medio interestelar, tal y como se aprecia en los continuos cambios observados en la supernova 1987A.
Créditos imagen: La supernova 1987A. El anillo rosado es material expulsado por la estrella hace unos 20.000 años y que al ser calentado por la onda de choque de la explosión de la supernova, brilla con gran luminosidad. (NASA, ESA, K. France -University of Colorado, Boulder-, P. Challis y R. Kirshner -Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics-)
Más información: New Hubble Observations of Supernova 1987A Trace Shock Wave
Ángel Gómez Roldán es Divulgador científico especializado en astronomía y ciencias del espacio, y director de la revista "AstronomíA".
Gracias a observaciones realizadas en el infrarrojo con el Telescopio Espacial Spitzer, de la NASA, parece ser que los posibles planetas que orbiten cierto tipo de estrellas dobles son muy proclives a colisionar entre ellos.
Denominadas estrellas RS Canum Venaticorum, estas binarias están formadas por soles similares al nuestro en edad y masa, pero que se orbitan mutuamente a muy cortas distancias. Con el tiempo, estas estrellas cada vez se aproximan más entre sí haciendo que sus influencias gravitatorias cambien y, por lo tanto, alterando las trayectorias de los hipotéticos planetas que giren a su alrededor pudiendo provocar choques entre ambos.
Los investigadores afirman que esta clase de estrellas dobles podrían albergar teóricamente planetas habitables, esto es, que orbiten en torno a éstos soles a distancias a las cuáles las temperaturas permiten la existencia de agua líquida. Sin embargo, y como refleja la ilustración de la izquierda, puede que sean destruidos completamente en colisiones como la que se representa, en la que el planeta mayor ya ha comenzado a resquebrajarse debido a las fuerzas de marea causadas por el acercamiento de otro planeta más pequeño.
Las observaciones de Spitzer han revelado discos de polvo como probable resultado de tales colisiones planetarias alrededor de tres sistemas binarios del tipo arriba mencionado. En la imagen que acompaña esta nota, se ha representado igualmente uno de estos discos polvorientos en torno a la estrella doble.
Créditos imagen: Impresión artística de dos planetas a punto de chocar en un sistema estelar doble. (NASA/JPL-Caltech)
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Ángel Gómez Roldán es Divulgador científico especializado en astronomía y ciencias del espacio, y director de la revista "AstronomíA".
NGC 4911 es una galaxia espiral que se nos muestra en todo su esplendor, con ricos corredores de polvo y gas cerca de su centro. Localizada en lo profundo del Cúmulo Galáctico de Coma, está a unos 320 millones de años luz de distancia en la constelación septentrional de Coma Berenices.
En la imagen se aprecian con claridad los brillantes cúmulos de estrellas recién nacidas y las nubes rosas de hidrógeno, que indican la existencia de zonas de formación estelar. Claramente visibles están la parte exterior de los brazos espirales, así como multitud de otras galaxias de diversos tamaños.
Tanto esta galaxia como otras cercanas al centro del cúmulo están siendo transformadas por los tirones gravitatorios de sus vecinas. En el caso de NGC 4911, los exteriores de sus brazos espirales son estirados y distorsionados por las fuerzas de una galaxia compañera situada arriba a la derecha en la imagen, NGC 4911A. Es posible que el material desgajado se disperse por el centro del cúmulo galáctico, donde se convertirá en el combustible de poblaciones intergalácticas de estrellas y cúmulos estelares.
Créditos imagen: La galaxia NGC 4911 tomada por el Telescopio Espacial Hubble. (NASA, ESA y el equipo Hubble Heritage –STScl/AURA–. Agradecimientos a K. Cook –Lawrence Livermore National Laboratory–)
Ángel Gómez Roldán es Divulgador científico especializado en astronomía y ciencias del espacio, y director de la revista "AstronomíA".
Utilizando el espectrógrafo HARPS instalado en el telescopio de 3,6 m del Observatorio de La Silla (Chile), un equipo de astrónomos del ESO (Observatorio Europeo Austral), ha descubierto un sistema planetario con al menos cinco planetas en torno a la estrella de tipo solar denominada HD 10180. Tras estudiar durante seis años dicha estrella (situada a unos 127 años luz de distancia en la constelación de la Hidra) los investigadores han detectado los débiles movimientos en velocidad radial de la estrella provocados por las complejas atracciones planetarias. Las cinco señales más fuertes corresponderían a planetas con masa similar a Neptuno, con periodos orbitales entre 6 y 600 días y una distancia a la estrella entre 0,06 a 1,4 unidades astronómicas.
Además, parece haber otros dos planetas, uno de tamaño similar a Saturno y una órbita de 2.200 días, y un séptimo con una masa de 1,4 veces la terrestre, por lo que sería el más pequeño nunca descubierto hasta ahora, a solo el 2 % de la distancia Tierra-Sol y un periodo orbital de únicamente 1,18 días.
Créditos imagen:
Primer plano de la estrella HD 10180. (ESO y Digitized Sky Survey 2. Agradecimientos a Davide De Martin)
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Descubierto el más rico sistema planetario
Ángel Gómez Roldán es Divulgador científico especializado en astronomía y ciencias del espacio, y director de la revista "AstronomíA".