Tras 77 años en dique seco, la Astronomía española ha descubierto con menos de dos meses de intervalo dos nuevos cometas.
La apuesta europea por un “súpertelescopio”, que ampliará las fronteras del conocimiento astronómico, duda entre La Palma y Chile para su ubicación.
Desde que Galileo puso las bases de la ciencia moderna a finales del siglo XVI, ciencia y espectáculo han ido de la mano en múltiples ocasiones. Parece que ya no.
La astrología tiene la pretensión de conocer el destino de los hombres y el pronóstico de los sucesos terrestres a partir de la posición de los astros.
Cualquier iniciativa educativa pretende cambiar el mundo para su destinatario potencial, agrandárselo llenándolo de realidades antaño ignoradas.
Quizás los helados altiplanos sean la nueva frontera de los observatorios astronómicos en tierra.