Un poco escueto .No decís nada de los ordenadores semiorgánicos que ya están funcionando . Tampoco mencionáis el impresionante sistema de refrigeración que debieron utilizar para enfriar la sala calentada por tanta lámpara de vacío ( ahora con el calor pega decirlo, no?)
de ahi al dominio del mundo por las máquinas de manera autónoma, un paso, ¡dios mio! que horror. ¿quien será dios para los creyentes a partir de entonces?.
Se puede recordar aquella novela de ciencia ficción donde un super-supercomputador es preguntado si existia Dios y contestó ahora si.