Europa intenta adquirir sentido como una entidad y no sólo como un continente constituido por países independientes. Mucho se ha escrito sobre dicho proceso y éste no es el lugar apropiado en el cual continuar el debate. Sin embargo, sí lo es donde hablar de los antepasados de todos los que ahora poblamos el viejo continente, de los primeros europeos.
Hubo un tiempo en el que eran tan pocos, y en desplazamiento continuo, que difícilmente coincidían las distintas tribus en el espacio y en el tiempo. A esa época se remonta un documental realizado por la cadena franco-alemana ARTE y dirigido por Axel Clévenot que nos traslada 1,8 millones de años atrás, de cuando datan los primeros indicios de la presencia de seres humanos en Europa, y sigue su evolución hasta 2.500 años antes de nuestra era. Condensa semejante periodo de tiempo en dos episodios de 43 minutos cada uno, estableciendo la división entre ambos hace 20.000 años: el Homo sapiens es el único homínido que queda en el continente. A partir de entonces tiene lugar la transición de una sociedad nómada a una sedentaria, de cazadores y recolectores a agricultores y pastores.
Dos millones de años no son sencillos de resumir. Existe el peligro de ser tan breve que el relato carezca de un hilo descriptivo coherente y queden importantes lagunas que dificulten la comprensión o, al contrario, de intentar transmitir tal cantidad de datos que sea imposible no perderse en él. “Los primeros europeos” sortea estos riesgos gracias a una correcta estructura narrativa, que alterna recitación e intervenciones “estelares”, y a unas técnicas de animación que acompañan esto adecuadamente. Llama la atención, por su sobriedad y belleza, el uso de “contornos” simbolizando distintos seres vivos que se superponen a filmaciones de paisajes actuales ilustrando lo que pudo ser. Nos trasladan en un viaje del presente al pasado de aquellos antiguos pobladores de los cuales descendemos. Curiosamente, recuerdan, en su simplicidad, a algunas pinturas rupestres realizadas también esquemáticamente a base de trazos.
En el marco del seguimiento cronológico de los asentamientos humanos en Europa, cuando ello es posible el documental muestra el yacimiento correspondiente a la época en cuestión, al fin y al cabo los lugares en los que se han obtenido, y se obtienen, los indicios que permiten reconstruir la historia que nos está contando. E interpela a los investigadores que trabajan en él, lo que nos permite escuchar testimonios de primera mano, como el de Juan Luis Arsuaga, codirector de la excavación de Atapuerca (Burgos), donde se han encontrado fósiles del homínido más antiguo de Europa, el Homo antecessor. Estamos viendo la construcción de un gran puzle, es lo que el documental relata, un encaje de piezas, o mejor dicho varios. Veamos.
El puzle de las variadas disciplinas científicas que generan el conocimiento imbricado que hace posible retroceder en el tiempo. No es sólo una la que se requiere para desvelar cómo fue la prehistoria sino muchas: botánica, zoología, genética, antropología, historia, química, física… Y los resultados de sus investigaciones, que analizan el mismo problema desde variadas perspectivas sumando información que no debe contradecirse.
El puzle de los fósiles y otros restos encontrados, que tienen que aportar no sólo datos coherentes sino complementarios. Una nueva evidencia discordante puede negar una hipótesis hasta el momento aceptada, lo que no es nada inhabitual sino simplemente el resultado de aplicar el método científico.
Y, finalmente, el de las existencias de esos seres que fueron desde Georgia hasta España, de esos primeros europeos y del camino que recorrieron, cómo encajan sus historias respectivas, cómo interaccionaron, si lo hicieron, o cómo evolucionaron en paralelo…
Un ejemplo fascinante es el del Homo neanderthalensis y el Homo sapiens, que coincidieron en el tiempo 12.000 años, aunque los primeros surgieron en Europa mucho antes. Los neandertales se extinguieron hace 30.000 años, y es factible que fuera debido a la proliferación del hombre moderno. Se ha debatido largo y tendido sobre si se conocieron y, todavía más interesante, si se reprodujeron. A principios de mayo se publicó en Science una investigación que daba la respuesta. Tras la secuenciación de una versión inicial del genoma de los neandertales, y su comparación con el nuestro, se concluyó que un bajo porcentaje, entre el 1 y el 4% del genoma humano, procede del Homo neanderthalensis, que surgió en Europa mucho antes de la llegada del Sapiens. Somos todos, como se publicó, un poco neandertales. ¿Quién es ajeno a la fascinación que genera un propósito parecido?
Nadie, y “Los primeros europeos” se beneficia, lógicamente, de ello mientras se desplaza de manera ilustrada, e ilustrativa, por toda Europa, siguiendo las migraciones de uno a otro lado, contándonos una historia que queremos aprender. Habla de las especies humanas que se suceden en el continente, y del trecho recorrido desde ellas hasta la implantación de las sociedades modernas. Son nuestros orígenes lo que vemos desfilar por la pantalla.
La cadena sobre cultura Arte hizo con este documental una apuesta cuyo resultado está a la altura de las expectativas que la calidad habitual de su producción despierta. Para los que no tengan acceso a ella, en España los documentales de Arte se programan con frecuencia dentro de “La Noche Temática” (La 2), con un poco de suerte no se olvidarán de éste. Ni nosotros tampoco.
Créditos: ARTE/YLE
...Annia Domènech es Licenciada en Biología y Periodismo. Periodista científico responsable de la publicación caosyciencia.
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