San Lorenzo ya no llora

Eva Rodríguez Zurita / 11-08-2004

Como cada verano, las Perseidas o ”lágrimas de San Lorenzo” vuelven a caer del cielo. Esta lluvia de estrellas se produce a lo largo de varias semanas, pero tiene su máximo alrededor del 12 de agosto, que no es precisamente el día de San Lorenzo. De hecho, el santo que debería llorar es San Eleazar.

La primera información que se tiene sobre las Perseidas procede de China y data de hace dos mil años. Como ahora, la lluvia parecía proceder de la constelación de Perseo, de ahí el nombre, pero tenía lugar a principios de julio. ¿Qué ha ocurrido?

Por lo que se sabe hoy en día, las lluvias de estrellas no son tan puntuales en su cita anual como pudiera parecer. En el caso de las Perseidas, el retraso es de tres días cada siglo. La explicación se encuentra en el desplazamiento del punto donde se cruzan la órbita del cometa y la órbita de la Tierra (que es el encuentro que produce la lluvia). Lo mismo ocurre con los signos del zodiaco, que desde sus inicios se han corrido hacia atrás más de una constelación.

Las Perseidas se convirtieron en “lágrimas” a mediados del siglo XIX. Fueron los campesinos de la católica Irlanda los que observaron que la lluvia de estrellas era más intensa durante la noche del 9 de agosto, víspera de San Lorenzo. Desde entonces ha transcurrido un siglo y medio, pero siguen llamándose por el mismo nombre. Tal vez dentro de otros dos mil años a alguien se le ocurra denominarlas “lágrimas de Santa Teresa” si caen a mediados de octubre. O puede que, para entonces, la influencia de la Iglesia Católica no sea tan importante y nuestros descendientes encuentren otro poético nombre para estas estrellas fugaces.

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El autor

Eva Rodríguez Zurita es Licenciada en Física Aplicada por la Universidad de La Laguna y realizó el Máster en Comunicación Científica, Médica y Medioambiental de la Universitat Pompeu Fabra.

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