Lanzado en 2010, el satélite CryoSat-2 sigue una órbita polar desde la cual mide los cambios de grosor en las capas de hielo presentes en Groenlandia y la Antártida, así como en los océanos polares. El objetivo de esta misión es comprender mejor el rol del hielo en el sistema terrestre y su relación con el cambio climático.
A esta empresa se ha añadido ahora una nueva misión: el cartografiado del fondo de los océanos. El altímetro de CryoSat no sólo puede medir el espesor del hielo, también el nivel del océano cuyas variaciones reflejan la topografía del fondo oceánico debido al fenómeno de la atracción gravitatoria. El uso de barcos para cartografiar el fondo oceánico es más preciso, pero sólo un 10% del mismo ha podido ser estudiado "in-situ" por su elevado coste y complicada logística. Los satélites pueden ser un buen instrumento para esbozar la topografía oceánica, siempre se puede enviar un barco después a las zonas de mayor interés.
Imagen: Cómo cartografía CryoSat-2 el fondo oceánico.
Créditos imagen: Scripps Institution of Oceanography
Más información:
Cryosat goes to sea (en inglés)
De blanco y blanco
Annia Domènech es Licenciada en Biología y Periodismo. Periodista científico responsable de la publicación caosyciencia.