No todos los chinos se parecen

Annia Domènech / 09-12-2010

“El hecho de que para nosotros, los europeos, todos los chinos se parecen no es debido a que todos tienen el pelo y los ojos negros sino a que nuestro sistema visual aprendió a clasificar de entrada en una categoría mucho más vasta (…). En nuestro estudio hemos demostrado que este fenómeno es universal y se da en todos los seres humanos”, explica Roberto Caldar, investigador en la Universidad de Friburgo. Un grupo de científicos de Glasgow y Friburgo han mostrado que este fenómeno inconsciente se produce en las áreas visuales primarias, principalmente en el área facial fusiforme, la zona situada detrás del hemisferio cerebral derecho, especializada en el reconocimiento de los rostros. En ella la visión de una cara genera una señal eléctrica detectable en un electroencefalograma tras 170 milisegundos. Este experimento, realizado con personas de origen asiático y europeo, muestra que la reacción se vuelve específica sólo cuando el rostro observado pertenece a una persona que comparte un mismo origen étnico con el sujeto.
El “efecto otro tipo de rostro” u “other-race effect” en inglés, es conocido por los psicólogos desde hace mucho tiempo y refleja una especialización muy precoz en el reconocimiento facial. “A los tres meses, todos los bebés pueden identificar todos los rostros indistintamente”, destaca Olivier Pascalis, director de investigación en el Laboratorio de Psicología del CNRS (Centre national de la recherche scientifique), en Grenoble. “Pero a los nueve meses han perdido esta capacidad y clasifican los rostros con características distintas dentro de una misma categoría. Como para el lenguaje, el cerebro se especializa muy pronto para procesar únicamente en detalle las señales más familiares”, añade Pascalis  Es lo que ocurre con los rostros de los padres.
El estudio no explica todavía cómo actúa el cerebro de las personas que han crecido en ambientes mestizos o muy cosmopolitas, pero los investigadores piensan que dicho efecto no es irreversible. Los niños asiáticos adoptados en Europa consiguen diferenciar los rostros europeos. A la edad adulta, el efecto podría corregirse en parte, aunque el individuo recurra mucho a la memoria para poder reconocer los rostros de otras etnias.

Créditos imagen: François Matton

Más información :
Neural repetition suppression to identity is abolished by other-race faces

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El autor

Annia Domènech es Licenciada en Biología y Periodismo. Periodista científico responsable de la publicación caosyciencia.