Las teorías de evolución estelar nos dicen que las estrellas con una masa superior a ocho o más veces la de nuestro Sol explotan como supernovas al final de sus vidas, y que lo que queda de dicha explosión, en función de la masa remanente, puede ser una estrella de neutrones (si pesa como dos o tres soles) o un agujero negro (si supera ese límite).
Un estudio reciente liderado por la Universidad de Arizona ha observado en nuestra galaxia dieciséis sistemas estelares compuestos por un agujero negro y una estrella compañera, y ha encontrado que ninguno de los agujeros negros tiene una masa de entre dos y cinco veces la solar. Esta sorprendente observación parece dar a entender que este tipo de agujeros negros “ligeros” no existen, lo que haría replantearse las ideas actuales de formación de estos cadáveres estelares. Por lo pronto, los datos de este trabajo pueden darnos nuevas pistas acerca del colapso y explosión de las estrellas en las últimas etapas de su existencia.
Créditos imagen: Impresión artística de un agujero negro absorbiendo materia de una estrella cercana - ESA/NASA
Más información: Missing: Milky Way's smallest black holes
Ángel Gómez Roldán es Divulgador científico especializado en astronomía y ciencias del espacio, y director de la revista "AstronomíA".