Tras las huellas de un gato cósmico

Annia Domènech / 20-01-2010

La imaginación tiene en el Universo un vasto campo en el cual explayarse, por la presencia de formas que recuerdan, poco o mucho, a la realidad conocida en la Tierra. Entre los objetos astronómicos, si hay unos que destacan por sus sobrenombres, inspirados en su espectacular belleza, son las nebulosas. Estas acumulaciones de gas y polvo juegan con la radiación que les llega convirtiéndose en bellos espectáculos visuales cuyos colores, como ocurre con los fuegos artificiales, dependen de su composición química.
Hoy ESO, el Observatorio Europeo Austral, muestra una imagen de la Huella de Gato, pues a esto recuerda la nebulosa NGC 6334, vista por primera vez por John Herschel en el siglo XIX. Se encuentra a 5.500 años luz de distancia, en la dirección de la constelación del Escorpión. Permite soñar con un enorme gato cósmico paseándose por el, en gran parte vacío, Universo.  ¿Se sentirá solo?

Créditos imagen:
Combinación de imágenes tomadas con filtros azules, verdes y rojos, así como un filtro que permite el paso de la radiación procedente del hidrógeno incandescente. Han sido realizadas con un telescopio de 2,2 metros en el Observatorio de La Silla (Chile).

Más información:
Siguiendo la Pista del Gato Cósmico

Nebulosas
 

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El autor

Annia Domènech es Licenciada en Biología y Periodismo. Periodista científico responsable de la publicación caosyciencia.