SOFIA abre su ojo

Ángel Gómez Roldán / 13-01-2010

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A finales del año pasado, un avión Boeing 747, el popular Jumbo, efectuó un vuelo de 1 hora y 19 minutos a 4.500 metros de altura. Dicho así, no parece nada especial, pero si tenemos en cuenta que a bordo de ese avión volaba un telescopio infrarrojo de 2,5 metros de diámetro, y que a lo largo de dos minutos la compuerta del telescopio –una abertura del fuselaje– estuvo completamente abierta por vez primera para probar cómo afectaba al vuelo y al telescopio, la cosa cambia.

SOFIA, acrónimo de Stratospheric Observatory for Infrared Astronomy es un proyecto conjunto de las agencias espaciales estadounidense (NASA) y alemana (DLR), y se trata del mayor observatorio astronómico volante del mundo. Volando en la estratosfera, a casi catorce km de altura y por encima del 99,8 % del vapor de agua de la atmósfera, SOFIA se asegurará cuando comience su operación científica este mismo año 2010 unas condiciones de observación extraordinarias en el infrarrojo.

Entre los objetos de estudio de SOFIA se encontrarán la formación y evolución de las estrellas, los sistemas protoplanetarios, las moléculas en las nubes interestelares, y los agujeros negros en los núcleos galácticos, entre otros.

Crédito imagen:

 SOFIA en vuelo con la puerta del telescopio abierta por completo / NASA.

 

Más información:

http://science.msfc.nasa.gov/headlines/y2010/08jan_flyingtelescope.htm

 

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El autor

Ángel Gómez Roldán es Divulgador científico especializado en astronomía y ciencias del espacio, y director de la revista "AstronomíA".