Empieza la lluvia de los Nobel: Medicina y Física

Annia Domènech / 07-10-2009

La Academia de Ciencias de Suecia ha comenzado a notificar los Premios Nobel de 2009, de momento los de medicina y física. Hoy hablaremos del primero, cuyos ganadores son Elizabeth H. Blackburn, Carol W. Greider y Jack W. Szostak.  Su logro: haber explicado cómo se evita la degradación de los cromosomas.

La cadena de ADN (Ácido Desoxirribonucleico), que contiene nuestra información genética está empaquetada en unas estructuras llamadas cromosomas. Durante la división celular, los cromosomas son copiados de modo que las dos células resultantes posean cada una el “set” completo.  Si los extremos de los cromosomas, los telómeros, se acortan, la célula envejece. Lo evitan conteniendo una secuencia de DNA específica que los protege y, también, generando la enzima telomerasa, que es capaz de alargarlos. Un mal funcionamiento de este proceso puede dar lugar a anomalías como células en las que la telomerasa es muy activa de modo que no envejecen jamás (las células cancerígenas)  y todo lo contrario, células dañadas por sufrir un déficit de telomerasa.  Comprender este complejo método de funcionamiento es lo que ha hecho a los ganadores acreedores del Nobel.   

Créditos imagen: 

Telómeros y telomerasa - © 2001 Terese Winslow

Más información:

Premios Nobel

nobelprize.org/nobel_prizes/medicine/

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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El autor

Annia Domènech es Licenciada en Biología y Periodismo. Periodista científico responsable de la publicación caosyciencia.